Estudios observacionales y ensayos clínicos realizados durante más de 40 años revelan los beneficios a la salud de ingerir al menos 25 g a 29 g o más fibra dietética al día, de acuerdo a una serie de revisiones sistemáticas y metaanálisis.
Las personas que consumen niveles más altos de fibra dietética y granos integrales tienen tasas más bajas de enfermedades no transmisibles en comparación con las personas que consumen cantidades menores, mientras que la asociación para dietas con baja carga glucémica y bajo índice glucémico son menos claros. Estudios observacionales y ensayos clínicos realizados durante más de 40 años revelan los beneficios a la salud de ingerir al menos 25 g a 29 g o más fibra dietética al día, de acuerdo a una serie de revisiones sistemáticas y metaanálisis publicados en The Lancet.
Los resultados sugieren una disminución del 15 al 30% en la mortalidad por cualquier causa y relacionada a enfermedad cardiovascular cuando se compara a personas que comen una mayor cantidad de fibra con las que comen una cantidad menor. Comer alimentos ricos en fibra también redujo la incidencia de enfermedades coronarias, derrames cerebrales, diabetes tipo 2 y cáncer colorrectal en un 16-24%. Por cada 1.000 participantes, el impacto se traduce en la reducción de 13 muertes y 6 casos menos de cardiopatía coronaria.
Además, un metaanálisis de ensayos clínicos sugirió que el aumento en la ingesta de fibra estuvo asociada a un menor peso corporal y un menor colesterol, en comparación a una menor ingesta.
El estudio fue encargado por la Organización Mundial de la Salud para informar sobre el desarrollo de nuevas recomendaciones para el consumo diario óptimo de fibra y para determinar qué tipos de carbohidratos proporcionan una mayor protección contra enfermedades no transmisibles (ENT) y el aumento de peso.
La mayoría de las personas en todo el mundo consumen menos de 20 g de fibra dietética al día. En 2015, el Comité Asesor Científico del Reino Unido de Nutrición recomendó un aumento en la ingesta de fibra dietética a 30 g por día, pero solo el 9% de los adultos del Reino Unido logran alcanzar este objetivo. En los EE. UU., el consumo de fibra entre los adultos es de 15 g al día. Las fuentes ricas en fibra dietética incluyen granos integrales, legumbres, verduras y frutas.
"Las revisiones y los metaanálisis anteriores han examinado usualmente un solo indicador de la calidad de los carbohidratos y un número limitado de enfermedades, por lo que no ha sido posible establecer qué alimentos recomendar para protegerse contra una gama de condiciones", dice el autor, el profesor Jim Mann, La Universidad de Otago, Nueva Zelanda.
"Nuestros hallazgos proporcionan evidencia convincente para que las pautas de nutrición se enfoquen en aumentar la fibra dietética y en reemplazar los granos refinados por granos integrales. Esto reduce el riesgo de incidencia y la mortalidad de una amplia gama de enfermedades importantes".
Los investigadores incluyeron 185 estudios observacionales que contenían datos relacionados con 135 millones de personas por año y 58 ensayos clínicos con 4,635 participantes adultos. Hicieron énfasis en las muertes prematuras y la incidencia de cardiopatías coronarias, enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares, así como en la incidencia de diabetes tipo 2, cáncer colorrectal y cánceres asociados con la obesidad: cáncer de mama, endometrio, esófago y próstata. Los autores solo incluyeron estudios con participantes sanos, por lo que los resultados no pueden aplicarse a personas con enfermedades crónicas existentes.
Por cada 8 g adicionales de fibra dietética consumidos al día, las muertes totales y la incidencia de enfermedad coronaria, diabetes tipo 2 y cáncer colorrectal disminuyó en un 5 a 27%. La protección contra accidentes cerebrovasculares, y cáncer de mama también aumentó. El consumo de 25 a 29 g por día fue adecuado, pero los datos sugieren que una mayor ingesta de fibra dietética podría proporcionar una protección aún mayor.
Por cada 15 g adicionales de granos integrales consumidos al día, las muertes totales y la incidencia de enfermedad coronaria, diabetes tipo 2 y cáncer colorrectal disminuyeron en un 2 a 19%.
La mayor ingesta de granos integrales se asoció con una reducción del 13 al 33% en el riesgo de ENT, lo que se tradujo en 26 muertes menos por cada 1.000 personas en la mortalidad por cualquier causa y 7 casos menos de enfermedad coronaria por cada 1.000 personas. El metaanálisis de ensayos clínicos con granos integrales mostró una reducción en el peso corporal. Los granos integrales son altos en fibra dietética, lo que podría explicar sus efectos beneficiosos.
El estudio también encontró que las dietas con un índice glucémico bajo y una carga glucémica baja proporcionan un apoyo limitado para la protección contra la diabetes tipo 2 y los accidentes cerebrovasculares. Los alimentos con un índice glucémico bajo o una carga glucémica baja también pueden contener azúcares añadidos, grasas saturadas y sodio. Esto puede explicar que interacciones con la salud sean menos claras.
"Los beneficios de la fibra para la salud están respaldados por más de 100 años de investigación sobre su química, propiedades físicas, fisiología y efectos sobre el metabolismo. Los alimentos integrales ricos en fibra que requieren masticación y retienen gran parte de su estructura en el intestino aumentan la saciedad, ayudan a controlar el peso, y pueden influir favorablemente en los niveles de lípidos y glucosa. La descomposición de la fibra en el intestino grueso por las bacterias residentes tiene efectos adicionales de gran alcance, incluida la protección contra el cáncer colorrectal". dice el profesor Jim Mann.
Si bien su estudio no mostró ningún riesgo asociado con la fibra dietética, los autores señalan que las ingestas elevadas pueden tener efectos negativos para las personas con niveles bajos de hierro o minerales, para quienes los niveles altos de granos integrales pueden reducir aún más los niveles de hierro. También señalan que el estudio se relaciona principalmente con los alimentos ricos en fibra natural en lugar de fibra sintética y extraída, como en polvo, que se pueden agregar a los alimentos.
Al comentar sobre las implicaciones y limitaciones del estudio, el profesor Gary Frost, del Imperial College London, Reino Unido, dice: "[Los autores] informan los hallazgos tanto de los estudios prospectivos de cohorte como de los ensayos controlados aleatorios en tándem. Este método nos permite comprender cómo al modificar la calidad de la ingesta de carbohidratos en los ensayos controlados aleatorios se afectan los factores de riesgo de enfermedades no transmisibles y cómo estos cambios en la calidad de la dieta se alinean con la incidencia de enfermedades en los estudios de cohorte prospectivos. Esta alineación se ve muy bien para la ingesta de fibra dietética, en la cual estudios observacionales revelan una reducción en todas las causas de mortalidad y cardiovasculares, que se asocia con una reducción del peso corporal, colesterol total, colesterol LDL y presión arterial sistólica, informada en ensayos controlados aleatorios ...
Hay algunas consideraciones importantes que surgen de este artículo.
Primero, la ingesta total de carbohidratos no se consideró en la revisión sistemática y en el metaanálisis... Segundo, aunque la ausencia de asociación entre el índice glucémico y la carga con enfermedades no transmisibles y los factores de riesgo es consistente con otra revisión sistemática reciente, es necesario tener precaución al interpretar estos datos, ya que el número de estudios es pequeño y los hallazgos son heterogéneos. Tercero, la ausencia de biomarcadores objetivos y cuantificables para evaluar la ingesta de carbohidratos significa que la investigación dietética se basa en una ingesta autonotificada, que es propensa a errores y a informes erróneos. Mejorar la precisión de la evaluación dietética es un área prioritaria para la investigación nutricional. El análisis presentado por Reynolds y sus colegas proporciona evidencia convincente de que la fibra dietética y los granos integrales son determinantes importantes de numerosos resultados de salud y deben formar parte de la política de salud pública".
Andrew Reynolds, Jim Mann, John Cummings, Nicola Winter, Evelyn Mete, Lisa Te Morenga, Calidad de los carbohidratos y la salud humana: una serie de revisiones sistemáticas y metanálisis, The Lancet, 2019
MIRA MÁS DETALLES AQUÍ
https://www.sciencedaily.com/releases/2019/01/190110184737.htm